EL SENADO SE APRESTA A DEBATIR LA LEY BASES Y EL PAQUETE FISCAL / NA
EL SENADO SE APRESTA A DEBATIR LA LEY BASES Y EL PAQUETE FISCAL / NA
ENFOQUE

Por qué la Ley Bases y el paquete fiscal pueden marcar un antes y un después para el Gobierno

Si es bien manejada por el oficialismo, la victoria parcial que obtuvo el presidente Javier Milei con la aprobación en la Cámara de Diputados de la Ley Bases y el paquete fiscal puede llegar a convertirse en el hito que le cambie el perfil inicial de intransigencia y prepotencia a un gobierno con minorías legislativas muy marcadas, como nunca antes se ha visto desde el regreso de la democracia.

Más allá de las declaraciones del Presidente, el mensaje que dejó el trámite legislativo de principio de semana fue el de un aprendizaje oficial respecto al fracaso que había significado la caída de la ley fundacional en el verano y el rechazo del Senado al mega Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU).

La Libertad Avanza comprendió que es imposible ignorar al Congreso, con imposiciones improbables sólo basadas en el reclamo de acompañar el cambio de paradigma que para ellos supuso el resultado del balotaje del año pasado.

Así, el oficialismo aceptó achicar la ambiciosa versión inicial de la Ley Ómnibus, acotarla a las herramientas absolutamente esenciales para que el Presidente pueda procurar ciertos cambios con algún perfil revolucionario después de años de estatismo y expansión del gasto, negoció con la CGT una lavada reforma laboral (la central obrera mantiene la paro del jueves próximo pero aparece medio desinflado) y separó el paquete fiscal del cuerpo principal de la norma, como le demandaba la llamada oposición dialoguista para darle una cierta mano.

Milei negoció, que no es lo mismo que ceder. He ahí un primer cambio: hasta ahora, para el Presidente negociar era sinónimo de rendición.

EL IMPUESTO AL TABACO

Un ejemplo de esto fue la imposición sobre la hora del polémico impuesto al tabaco, que no estaba en el proyecto enviado por el Ejecutivo a Diputados. Luego de conversaciones reservadas, el Gobierno aceptó que el crédito por la suba de ese tributo, que perjudicará a un zar nacional cercano al peronismo y al PRO, se lo lleve el sector de la oposición moderada, aún a costa de quedar del lado de los malos en este tema. “Nos cagaron”, cuentan en el Gobierno que será la explicación que recibirá el misterioso empresario Pablo Otero -Tabacalera Sarandí- y los diputados que se inmolaron a su favor en el debate, como el macrista Cristian Ritondo.

¿Esta suerte de maduración mileista hará que la política lo mire de otra manera? Es una duda que surca a los partidos de la oposición y que acaso se devele en la manera en que el Gobierno conduzca el diálogo con los gobernadores -que no provienen del mismo partido que Milei- para el tratamiento de la Ley Bases y el paquete fiscal en el Senado, donde ya ingresaron para buscar la media sanción que le falta para convertirse efectivamente en una ley que para el Presidente tendrá carácter fundacional.

El Gobierno quiere que el paso por comisiones sea rápido, como para que se trate en el recinto el 16 de mayo. Es porque Milei pretende que las leyes estén habilitadas antes del 25 de este mes. Es la fecha que fijó para suscribir el “Pacto de Mayo”, al que convocó el día que inauguró las sesiones ordinarias del Congreso y cuya aspiración -en principio parece utópica- es que el gobierno federal, las provincias, sectores empresarios y gremiales y demás actores suscriban un entendimiento mínimo de perfil del país para las próximas décadas.

Los libertarios cuentan con sólo 7 senadores. Necesitan 37 para el quórum reglamentario que de inicio la sesión y avanzar así con la aprobación. El peronismo/kircherismo tiene 33 legisladores. Está a 4 de manejar la cosa. Por eso, el PJ también será un actor negociador central en esta novela, en este caso para aguar las intenciones del oficialismo. O al menos eso parece por las declaraciones previas de los legisladores de ese partido.

CRISTINA Y LOS SENADORES JUSTICIALISTAS

El justicialismo tiene, digamos, una sólo figura central en términos de liderazgo: la ex presidenta Cristina Kirchner. Pero no está claro que ella maneje con unicidad a todos los senadores de ese color político porque, en definitiva, ¿qué tiene para ofrecerles hoy más que el reverbero de una épica de lo que fue? Ahí es donde entran a tallar los mandatarios provinciales.

Algunos, como el tucumano Jaldo o el catamarqueño Jalil, ya han avisado que quieren ayudar a que las leyes salgan. Casi un llamado a negociar porotos. ¿Veremos, por ejemplo, que el gobierno decida flexibilizar su férrea postura de que ya no habrá obras públicas financiadas por el Estado nacional? ¿Habrá un conveniente re-encauce del goteo de fondos discrecionales con destinos provinciales que se había cortado notablemente para achicar gastos? Aunque son incógnitas, impera en la política la sensación de que el mileismo ha aprendido que, a veces, el pragmatismo garantiza éxitos que luego se traducen en fortaleza y hasta en gobernabilidad.

UN ASPECTO CLAVE PARA EL GOBIERNO

La otra cuestión que se quiere garantizar el gobierno es que el Senado no modifique los textos que llegaron de Diputados -que habilitan transformaciones estructurales como privatizaciones de empresas públicas, desregulaciones y aperturas varias- en especial en la votación en particular.

Eso haría que el proyecto vuelva a la cámara de origen y obligaría a La Libertad Avanza a tener que negociar nuevamente con los actores con los que acaba de sentarse pero que ahora sentirían que su peso político especifico ha subido. Que se cotizan más si la Rosada quiere cantar victoria.

Claramente el Gobierno trabajará para que eso no ocurra y la resolución de este tema marcará el nivel de madurez política que han alcanzado los coroneles del Presidente. Al ministro Guillermo Francos le espera una semana sin respiro. También al joven asesor estrella Santiago Caputo, habilitado por Milei para hablar en su nombre. Ayudaría el silencio público del Presidente, siempre propenso a la descalificación con términos que bordean el insulto o caen en él.

Un ejemplo, de lo que tal vez sea uno de los muchos puntos a discutir: las provincias en general aceptan que se reinstaure la cuarta categoría del impuesto a las Ganancias, que había sido sacada por Massa, con un criterio electoralista cuando era candidato y que había contado con el apoyo de Milei. Es que les conviene desde lo fiscal a las provincias porque es un impuesto coparticipable.

 

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